Un reloj con estilo minimalista diseñado por Sander Mulder, el diseño de este reloj, aporta al espacio una sensación escultórica.
Compuesto por tres manecillas, colocadas una al terminar la otra, cada una con movimiento independiente, al principio el revisar la hora puede ser desconcertante, pero es solo cuestión de acostumbrarse al ritmo de las manecillas.
Si la arquitectura dinámica marca un parteaguas en la percepción de los espacios, este es el reloj ideal para acompañar espacios dinámicos, ya que cambia su forma a cada segundo.